Hoy que celebramos el día internacional de la mujer, me he encontrado con este articulo escrito por una mujer, bastante justo y que concuerda a los cambios que viven las sociedades de muchos países del mundo, donde la igualdad de genero ya no solo se lee en las teorías sino que forman parte de lo cotidiano de cada nación y de cada núcleo de la sociedad.
Por María Eugenia Estenssoro
La mujer como líder política ha sido validada.
Es todavía poco usual encontrar muchas mujeres dirigiendo grandes empresas o conduciendo movimientos sindicales.
También son pocas las cirujanas, las científicas y las inventoras de nuevas tecnologías.
Pero en esta increíble revolución que estamos protagonizando las mujeres desde hace más de 100 años, y que ha cambiado el ADN mismo de la sociedad, porque ya ni el varón, ni la mujer, ni la familia, ni la vida pública son lo mismo, hay algo que está faltando: cambiar la matriz del poder.
Matriz es una palabra absolutamente femenina, ya que quiere decir útero.
Pero el poder que organiza nuestra sociedad todavía sigue siendo algo muy masculino.
Y muchas mujeres que llegan a la cima en lugar de cambiar ese poder que compite, guerrea, somete, separa, acapara, usurpa, desatiende los afectos, niega las necesidades personales e íntimas en pos de gestas de acumulación económica, social y política, lo imitan.
Me gustaría que las mujeres nos comprometiéramos al llegar a espacios de decisión a promover la paz, la integración y no la competencia permanente (que es una forma solapada de la guerra).
Me gustaría que en la política decidiéramos no dividir para reinar, sino aunar para empoderar a los otros, a la comunidad en su conjunto, con un modelo maternal, nutritivo, basado en la ética del cuidado.
Me gustaría que las mujeres empresarias establecieran jornadas de trabajo razonables, que permitan efectivamente armonizar la vida laboral con la vida familiar, tanto para las empleadas como para los empleados.
¿Al final de cuentas, cuál es el propósito del trabajo y la producción de una sociedad, potenciar la empresa o potenciar la calidad de vida de las personas, sus hijos, sus familias? En los años 70, las mujeres de los movimientos feministas que hicieron posible lo que estamos viviendo hoy acuñaron una frase sabia y poderosísima. “Lo personal es político”, decían.
Comprendieron que para cambiar el mundo, no eran los otros los que tenían que cambiar, sino ellas mismas, desde sus conciencias, actitudes hasta sus conocimientos. Comprendieron que su cambio personal sería la base de un cambio político fenomenal. Y lo comprobaron.
Hoy creo que podemos dar un paso más, que consiste en llevar los valores considerados femeninos como el amor, la paciencia, la docencia, la humildad, la ternura, la solidaridad sin pudor al centro de la conversación pública, al centro de la conversación política.
Y utilizo la palabra “conversación” en lugar de “debate” porque el debate implica discusión y competencia; en la conversación nos escuchamos, nos enriquecemos, nos encontramos, sin que unos ganen y otros pierdan.
Nunca la humanidad tuvo a su disposición tantos recursos económicos y materiales como en la actualidad; nunca fue capaz de transformar los recursos naturales en riqueza como ahora; y jamás produjo y compartió tantos conocimientos científicos y desarrollos tecnológicos.
Sin embargo, la pobreza, la violencia, la desigualdad, la miseria, la desesperanza, no se han reducido, sino todo lo contrario.
Es obvio que lo que tenemos que modificar son nuestros valores. La matriz de poder que organiza la política, la economía y la sociedad en su conjunto.
Y es allí donde creo que las mujeres como dadoras y cuidadoras de vida tenemos un rol fundamental. No llegar a la cima para hacer más de lo mismo. Llegar a la cima para transformar.
*** Nota sobre la foto:
Esta foto la hice en el año 2007, cuando realizaba la pasantía en el Departamento de Comunicación Social de PUCMM, en esa ocasión realizaba un trabajo sobre bustos y estatuas y monumentos de la ciudad de Santiago. De esta foto se le hace homenaje a la mujer que vende frutas y verduras en un burro, popularmente conocida como marchanta.
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ResponderEliminarcialis