La vivienda, abandonada durante años por un litigio
legal, finalmente ha encontrado comprador: Omar Restrepo, un importador de
maquinaria pesada.
El comerciante
ignoraba la historia de la casa. Él sólo buscaba una vivienda abandonada para
remodelar. Justo antes de firmar la compra, el encargado de la venta le
comentó: "tengo que decirle algo. En esta casa mataron a Pablo
Escobar".
"Los
documentos estaban en regla y no me importó. No conocí a Escobar y tampoco tuve
negocios con él", detalla Restrepo
Durante años la
casa sirvió de refugio a drogadictos e indigentes mientras se definía su
situación legal. Paralelamente crecía el aura de misterio de la vivienda y la
visita de curiosos locales y extranjeros que querían conocer el lugar donde
mataron al jefe del Cartel de Medellín.
"Después de
la muerte de Escobar la fiscalía inició un proceso de extinción de dominio que
dura quince años porque se asumió que el inmueble era del capo. Al final se
encontró al dueño que no tenía nada que ver con Escobar. Él simplemente le
había alquilado la vivienda a una mujer",
El capo,
que para entonces amasaba una fortuna de más de US$3.000 millones, según
Forbes, se escondía en una pequeña habitación.
El 2 de diciembre
de 1993, a
raíz de una llamada que Escobar le hizo a su hijo con motivo de su cumpleaños,
los aviones que permanentemente peinaban la ciudad esperando un error del capo,
encontraron el sitio exacto donde se escondía.
El Bloque de
Búsqueda, un cuerpo especial de la policía, llegó a la casa del barrio Los
Olivos. Un Escobar barbado y obeso, que había huido de decenas de operativos,
moriría disparando sobre el tejado de la vivienda.
Tanto la casa
como la tumba de Escobar, así como sitios emblemáticos de su vida como el
Edificio Mónaco (donde sobrevivió a la explosión de un coche bomba del Cartel
de Cali) forman parte de un recorrido turístico no oficial que algunos curiosos
contratan.
De momento,
Restrepo, el propietario de la última casa que habitó Escobar, observa a los
turistas desde la ventana. Su hija, de quince años, duerme en la habitación
donde el narcotraficante pasó sus últimos días.
Cuando le
preguntan si siente miedo o si se ha visto su fantasma ella responde con
naturalidad: "No. No tenía nada que ver conmigo".
Fuente y noticia completa en: BBC Mundo
Relacionado:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentar hace bien y nos incentiva a seguir ampliando nuestros conocimientos