A mitad de leer esta entrevista, me han dado muchas ganas de compartirla por aquí. Una reseña de una conversación que le hicieran a la grande Chavela Vargas a sus 93 años, que aun mantiene esa lucidez en sus recuerdos y con la humildad y sencillez de sus respuestas.
A los 93 años, Chavela se siente lista y en paz para reencontrarse con sus grandes amigos, Diego Rivera, Frida Kahlo, Agustín Lara, Ava Gardner, Pablo Neruda, José Alfredo Jiménez y Dolores Olmedo.
“Los que se fueron, se fueron y yo sigo aquí, pero el día que me toque ir, me iré con mucho gusto”, expresó la cantante, mientras de su boca salió un breve suspiro.
Y es que “la vida empezó a cobrarme, ya me dejó sin caminar, Le dije: ‘vida, nada te debo, vida, estamos en paz, y así se fue la vida y me fui yo, alguna tarde cuando las mariposas no duermen, cuando los pájaros cantan, cuando la lluvia no cae al alma, no cae el canto, ni canto cae’, así es la cosa”, recitó Vargas.
La vida y obra de Chavela es grande, cuenta en su haber con más de ochenta discos y aunque tuvo un retiro de más de 15 años, el público la tiene presente en cada una de sus melodías; por ello, el día que llegue el momento de partir “me daría mucho gusto que me recordaran como un ser humano que ama la vida, que ama las cosas; así me encantaría que me recordaran, como un ser humano, punto, no pido nada más”.
Si bien sus ojos vieron la luz en Costa Rica, México se convirtió en su nuevo hogar desde hace más de siete décadas; por ello, espera que las cosas mejoren y vuelvan a ser como antes, cuando Frida Kahlo y Diego Rivera “oían cantar al pueblo por la ventana de la casa, en ese entonces Diego me decía, ‘oye a los albañiles cantando’, qué bello era”, recordó Chavela.
Para la mexicana, la vida ha sido toda una aventura; incluso recordó que llegó al límite junto a sus amigos: “En aquellos tiempos todo era hermoso, todo era azul, como la casa de Frida, todo era una melodía constante, un revivir, casi no dormíamos, lo hacíamos muy poco para poder vivir más de prisa”, dijo la cantante que junto a la pintora y al muralista compartió varias bohemias.
El amor para Chavela ha estado presente en todas sus expresiones, sin censuras, sin prejuicios. Con Frida entabló una relación “entrañable”, y en algún momento Vargas expresó que la pintora le escribió una carta en la que le decía que sólo vivía para Diego y para ella.
“Conectamos seres que tenemos la misma sensibilidad, los seres que se aman son así, porque nacieron para amar, yo amaba a Frida, amaba a Diego, amé a mucha gente en la vida y se quedaron en mi alma para siempre. Todo lo que yo cantaba y lo que contaba en ese tiempo tiene mucho, las canciones de la cárcel y del pueblo le encantaban a Frida”, añadió.
Chavela Vargas fincó su carrera no sólo de la mano de compositores como Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez o Agustín Lara, quienes le permitieron aflorar el sentimiento más puro del mexicano; la intérprete fue más allá, su paso por el mundo se escribió -y sigue escribiendo- a la par de la historia del país.
Y es que Chavela no sólo vivió acontecimientos sociales y políticos como la llegada de Fidel Castro al gobierno de Cuba, o el paso de presidentes como Lázaro Cárdenas del Río y Gustavo Díaz Ordaz, por México; Chavela también formó parte de la boda de Liz Taylor, incluso le tocó vivir “otra época de México”.
“Hay demasiados recuerdos, todo ha sido una maravilla”, compartió la intérprete, quien sin reparo dijo estar lista para decir adiós, pues “estoy en paz con la vida, ya no puedo pedir más”.
Vargas no sólo imprimió a la música popular un nuevo estilo, logró manifestar a través de sus temas una visión social extraída de las vivencias al lado de Diego, Frida y Pablo Neruda; por ello, lejos de apreciar un país abatido por la violencia y dominado por el crimen organizado, ve a México como “un gigante dormido”.
Lo que pasa en el país “no es algo que me guste”, explicó, “pero lo observo, México es un gigante dormido, así lo creo. Él está durmiendo para después despertar de una eterna siesta, llegará el día en que dirá: ‘vamos a empezar otra vez’, lo cual yo espero con ansias”.
Sobre lo que hace falta a la sociedad mexicana para abrir los ojos a su realidad, Chavela fue sensata: “No hace falta nada, sólo un suspirar en una tarde y todo se remedia, así va a ser México, va a saludar, va a suspirar una de estas tardes y volverá a empezar, todo será como era antes”.
No eran cosas de hombres
• A lo largo de su vida, Chavela Vargas se adentró en la música popular que usualmente, en aquel entonces, era “interpretada por hombres”; a la cantante nunca le importó.
•La intérprete expresó su homosexualidad muchos años después, pero tuvo la oportunidad de plasmar parte de su vida en un libro titulado Las verdades de Chavela.
•Incluso, vestía como un hombre. Vargas fumaba tabaco, bebía alcohol, portaba una pistola y era reconocida sobre el escenario por su tradicional poncho de color rojo.
•Al lado de Dolores Olmedo tuvo grandes aventuras, relató Vargas en anteriores entrevistas incluso llegaban a la Procuraduría para levantar acusaciones falsas.
•Dolores fue una mujer con la que compartió muchos momentos; incluso, la cantante expresó que Olmedo era quien le cuidaba a la mayoría de sus novias.
•Chavela admiró profundamente a Frida, idolatró más a la persona que a la pintora y en algún momento le confesó que le encantaba su bigotito negro.
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