El ex presidente de la Comisión Antimafia del Parlamento italiano Francesco Forgione dice haber consignado en su libro Mafia export, el primer atlas criminal de las mafias italianas más históricas: la Cosa Nostra, la ‘Ndrangheta, y la Camorra. Su libro es el resultado de documentaciones e investigaciones realizadas por la justicia y la fiscalía de su país, pero también incluye polémicas informaciones que aunque no han podido ser comprobadas, reposaron sobre sus manos cuando dirigió el organismo encargado de perseguir el crimen. Pero más allá de revelar las rutas de la cocaína en exhaustivos mapas o los epicentros de operación en Europa y América Latina de los calabreses, lo que Forgione construye en este libro es sobre todo un vívido relato de los capos de estos tiempos, sus historias, sus modos de vida y la forma como operan como empresarios transnacionales en este horizonte de mercado globalizado.
Perseguido y amenazado, Forgione, después de su retiro, asegura haber sentido la necesidad de escribir un libro que comenzara socialmente una lucha contra la hipocresía, “esa hipocresía que no ve la existencia de las mafias, si ellas no llenan de sangre la calle”, dice el autor, quien añade que “hay una mafia financiera, una económica y empresarial, que va a representar la otra cara del glorificado mercado global”. Este libro delata cómo en el viejo siglo las colonizaciones de la mafia en el mundo se realizaron conforme se desarrolló la inmigración italiana. Por el contrario, en el nuevo siglo esta colonización se va a realizar con las rutas de capital financiero, que abren la posibilidad de mover dinero de Italia a cualquier lugar del mundo sin que haya posibilidad de rastrearlo.
¿Los cambios en la mafia han cambiado la imagen del capo?
El capo de la mafia hoy no es como el padrino de Mario Puzo. Por el contrario, este es un poder que se va a transformar de una manera dinámica. Ya no es un hombre que sólo tiene un fusil, tiene también un computador y una maleta diplomática que está llena de dinero. Tiene además una capacidad de penetración y arraigo en mundos geográficos, económicos y sociales diversos, así como un extraordinario conocimiento de las finanzas internacionales. Otra cosa que va a determinar la nueva figura del capo es su obsesión por el control del territorio. La consigna es: no hay mafia sin control del territorio, cada mafia debe tener su propio territorio de operación. Esa doble cara va a representar las mafias modernas.
¿Se mantiene la fuerza de la estructura familiar en las mafias italianas?
El carácter familiar es una característica prevalente en la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, donde hay una correspondencia entre la familia mafiosa y la familia de sangre. Eso va a proteger a la organización, porque si tú quieres denunciar a tus compañeros, tienes que denunciar a tus hermanos o a tu padre. Estos vínculos familiares y de sangre se transforman en lazos criminales, en aglutinantes sociales y en algo que va a revestir de una impermeabilidad las mafias de cualquier desnaturalización o contaminación cultural. Aún podemos ver vigente el pacto de omertà, que es la ley de silencio de las mafias. Parece una característica arcaica, pero todavía representa un factor moderno, porque va a intervenir en sus relaciones con la justicia penal y con el Estado.
Después de estudiar por años los modos de operación de cada una de las mafias, ¿podría caracterizar sus rasgos más prevalentes?
Sí, definitivamente, todas tienen características particulares. La Cosa Nostra, de Sicilia, tiene un control total de su territorio y se va a reportar principalmente con el poder político. La ‘Ndrangheta tiene, como lo decía, un sistema construido sobre la familia y es una mafia que vive silenciosa, no mata fiscales, ni policías, se dice que su mejor estrategia es pasar inadvertida. Muy diferente de la Cosa Nostra, que realizó matanzas en las que murieron el juez Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, mató el presidente de la región de Sicilia y al capo de la oposición. La Camorra, por su parte, es diferente, es una forma de mafia urbana, un clan sin una estructura única central de comando y va a reportarse sobre todo a los mercados, en la ropa falsa, en las contrataciones y en relaciones con el poder económico. No tienen una organización articulada sobre el territorio.
De las tres, ¿cuál considera es la que ostenta más poder global?
Hoy se podría decir que la ‘Ndrangheta es la más poderosa organización a nivel mundial. Es la única que va a tratar al mismo nivel con los carteles de la droga colombiana. Es en realidad el broker internacional de la cocaína en el mundo. Es la mafia que va a manejar el tráfico de droga entre Suramérica y Europa, no es casual que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos haya puesto a esta mafia en la lista de las organizaciones más peligrosa en el mundo, para aplicarle la misma lucha que aplica contra el terrorismo islamista.
Ya que menciona los carteles colombianos, ¿cuán estrecha es la relación con las mafias italianas?
Hay muchas investigaciones entre la mafia italiana y Colombia. Mi libro tiene muchas historias entre los calabreses y los narcos colombianos y los paramilitares, las Auc de Mancuso. El capítulo dos está dedicado a la historia de Roberto Pannunzi, quien en la primera mitad de los años 90 financió la compra de un avión destinado al transporte intercontinental de la cocaína. Una novedad que presenta el libro es la presencia estable y normal de calabreses en Colombia, que no hacen sólo negocios, tienen restaurantes, sociedades en el sector inmobiliario, tienen tiendas de ropa, tienen su propia estructura. En Bogotá saben perfectamente que Pannunzi negocia por cuenta de la ‘Ndrangheta.
Después de trazar mapas exhaustivos de los flujos y movimientos de la mafia, ¿cree que cualquier territorio mundial es susceptible de desarrollar una mafia?
En el sur de Italia hay condiciones históricas para el nacimiento de las mafias. Hay sobre todo una gran posibilidad de crear silencio social, la omertà de la que hablaba antes, que protege la mafia. Además hay condiciones sociales: no hay trabajo, no hay un estado de derecho, no hay presencia del Estado, en estas condiciones las mafias son una respuesta alternativa, sobre todo una respuesta de trabajo. Según datos de la DEA, la industria mafiosa entre sectores legales e ilegales emplea el 27% de la población activa de Calabria, el 12% de la Campania y 10% de la de Sicilia, prácticamente casi el 10% de la población activa en las principales regiones del Mezzogiorno italiano.
También es cierto que hay países donde son más favorables las condiciones de crear una mafia con estructura que otros. Un país como España, que no tiene una legislación contra la mafia, es una país que va a favorecer su presencia, sobre todo en el limpiamiento del capital en la economía legal. O un país como Alemania, donde después de la caída del comunismo se creó un mercado desregulado, sin transparencias, que permitió por ejemplo que en la reconstrucción de Berlín, las mafias aportaran un capital fundamental.
La gestión de la Comisión Antimafia ha sido cuestionada por su ineficiencia, ¿qué se ha hecho desde este organismo en la persecución de las mafias?
La facturación anual de las mafias podemos cuantificarla entre 120 mil y 180 mil millones de euros, el 60% de esta riqueza se va a limpiar en la economía legal. El problema más grande es esa zona gris que se crea en la línea de frontera entre lo legal y lo ilegal. Creo que tenemos que crear unas legislaciones que busquen transparencia en la economía para registrar y trazar los movimientos de capital en Italia y en el mundo, pero para serle sincero no creo que haya posibilidad actualmente de hacerlo, porque hay muchos paraísos fiscales y en esos paraísos vamos a encontrar no sólo el dinero del narcotráfico y el de las mafias, sino el dinero de la corrupción política y de la económica, ese es realmente el problema. Eso pone sobre la mesa un tema, el de los gobiernos corruptos.
Entonces por ahora no podemos pedirle todos los resultados a la fiscalía, tenemos que solucionar todos, desde la sociedad, desde la política, desde las instituciones, el problema de la transparencia y bajar la tolerancia con lo corrupto, no es sólo un problema de fiscal, política o represión, es un problema de sociedad.
¿Las denuncias de la Comisión Antimafia han tenido algún efecto en la política?
Años atrás se decía en Italia que la mafia no existía, lo decían el gobierno y la iglesia, hoy todo el mundo habla de ella, hay movimientos sociales en su rechazo, hay una información en medios masivos en los que se habla del tema, tenemos que transformar esta conciencia social en una conciencia política. Las mafias con miedo o con dinero producen consenso social y ese consenso se transforma en conciencia electoral en las elecciones en votos. Hay que romper ese circuito.
Perseguido y amenazado, Forgione, después de su retiro, asegura haber sentido la necesidad de escribir un libro que comenzara socialmente una lucha contra la hipocresía, “esa hipocresía que no ve la existencia de las mafias, si ellas no llenan de sangre la calle”, dice el autor, quien añade que “hay una mafia financiera, una económica y empresarial, que va a representar la otra cara del glorificado mercado global”. Este libro delata cómo en el viejo siglo las colonizaciones de la mafia en el mundo se realizaron conforme se desarrolló la inmigración italiana. Por el contrario, en el nuevo siglo esta colonización se va a realizar con las rutas de capital financiero, que abren la posibilidad de mover dinero de Italia a cualquier lugar del mundo sin que haya posibilidad de rastrearlo.
¿Los cambios en la mafia han cambiado la imagen del capo?
El capo de la mafia hoy no es como el padrino de Mario Puzo. Por el contrario, este es un poder que se va a transformar de una manera dinámica. Ya no es un hombre que sólo tiene un fusil, tiene también un computador y una maleta diplomática que está llena de dinero. Tiene además una capacidad de penetración y arraigo en mundos geográficos, económicos y sociales diversos, así como un extraordinario conocimiento de las finanzas internacionales. Otra cosa que va a determinar la nueva figura del capo es su obsesión por el control del territorio. La consigna es: no hay mafia sin control del territorio, cada mafia debe tener su propio territorio de operación. Esa doble cara va a representar las mafias modernas.
¿Se mantiene la fuerza de la estructura familiar en las mafias italianas?
El carácter familiar es una característica prevalente en la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, donde hay una correspondencia entre la familia mafiosa y la familia de sangre. Eso va a proteger a la organización, porque si tú quieres denunciar a tus compañeros, tienes que denunciar a tus hermanos o a tu padre. Estos vínculos familiares y de sangre se transforman en lazos criminales, en aglutinantes sociales y en algo que va a revestir de una impermeabilidad las mafias de cualquier desnaturalización o contaminación cultural. Aún podemos ver vigente el pacto de omertà, que es la ley de silencio de las mafias. Parece una característica arcaica, pero todavía representa un factor moderno, porque va a intervenir en sus relaciones con la justicia penal y con el Estado.
Después de estudiar por años los modos de operación de cada una de las mafias, ¿podría caracterizar sus rasgos más prevalentes?
Sí, definitivamente, todas tienen características particulares. La Cosa Nostra, de Sicilia, tiene un control total de su territorio y se va a reportar principalmente con el poder político. La ‘Ndrangheta tiene, como lo decía, un sistema construido sobre la familia y es una mafia que vive silenciosa, no mata fiscales, ni policías, se dice que su mejor estrategia es pasar inadvertida. Muy diferente de la Cosa Nostra, que realizó matanzas en las que murieron el juez Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, mató el presidente de la región de Sicilia y al capo de la oposición. La Camorra, por su parte, es diferente, es una forma de mafia urbana, un clan sin una estructura única central de comando y va a reportarse sobre todo a los mercados, en la ropa falsa, en las contrataciones y en relaciones con el poder económico. No tienen una organización articulada sobre el territorio.
De las tres, ¿cuál considera es la que ostenta más poder global?
Hoy se podría decir que la ‘Ndrangheta es la más poderosa organización a nivel mundial. Es la única que va a tratar al mismo nivel con los carteles de la droga colombiana. Es en realidad el broker internacional de la cocaína en el mundo. Es la mafia que va a manejar el tráfico de droga entre Suramérica y Europa, no es casual que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos haya puesto a esta mafia en la lista de las organizaciones más peligrosa en el mundo, para aplicarle la misma lucha que aplica contra el terrorismo islamista.
Ya que menciona los carteles colombianos, ¿cuán estrecha es la relación con las mafias italianas?
Hay muchas investigaciones entre la mafia italiana y Colombia. Mi libro tiene muchas historias entre los calabreses y los narcos colombianos y los paramilitares, las Auc de Mancuso. El capítulo dos está dedicado a la historia de Roberto Pannunzi, quien en la primera mitad de los años 90 financió la compra de un avión destinado al transporte intercontinental de la cocaína. Una novedad que presenta el libro es la presencia estable y normal de calabreses en Colombia, que no hacen sólo negocios, tienen restaurantes, sociedades en el sector inmobiliario, tienen tiendas de ropa, tienen su propia estructura. En Bogotá saben perfectamente que Pannunzi negocia por cuenta de la ‘Ndrangheta.
Después de trazar mapas exhaustivos de los flujos y movimientos de la mafia, ¿cree que cualquier territorio mundial es susceptible de desarrollar una mafia?
En el sur de Italia hay condiciones históricas para el nacimiento de las mafias. Hay sobre todo una gran posibilidad de crear silencio social, la omertà de la que hablaba antes, que protege la mafia. Además hay condiciones sociales: no hay trabajo, no hay un estado de derecho, no hay presencia del Estado, en estas condiciones las mafias son una respuesta alternativa, sobre todo una respuesta de trabajo. Según datos de la DEA, la industria mafiosa entre sectores legales e ilegales emplea el 27% de la población activa de Calabria, el 12% de la Campania y 10% de la de Sicilia, prácticamente casi el 10% de la población activa en las principales regiones del Mezzogiorno italiano.
También es cierto que hay países donde son más favorables las condiciones de crear una mafia con estructura que otros. Un país como España, que no tiene una legislación contra la mafia, es una país que va a favorecer su presencia, sobre todo en el limpiamiento del capital en la economía legal. O un país como Alemania, donde después de la caída del comunismo se creó un mercado desregulado, sin transparencias, que permitió por ejemplo que en la reconstrucción de Berlín, las mafias aportaran un capital fundamental.
La gestión de la Comisión Antimafia ha sido cuestionada por su ineficiencia, ¿qué se ha hecho desde este organismo en la persecución de las mafias?
La facturación anual de las mafias podemos cuantificarla entre 120 mil y 180 mil millones de euros, el 60% de esta riqueza se va a limpiar en la economía legal. El problema más grande es esa zona gris que se crea en la línea de frontera entre lo legal y lo ilegal. Creo que tenemos que crear unas legislaciones que busquen transparencia en la economía para registrar y trazar los movimientos de capital en Italia y en el mundo, pero para serle sincero no creo que haya posibilidad actualmente de hacerlo, porque hay muchos paraísos fiscales y en esos paraísos vamos a encontrar no sólo el dinero del narcotráfico y el de las mafias, sino el dinero de la corrupción política y de la económica, ese es realmente el problema. Eso pone sobre la mesa un tema, el de los gobiernos corruptos.
Entonces por ahora no podemos pedirle todos los resultados a la fiscalía, tenemos que solucionar todos, desde la sociedad, desde la política, desde las instituciones, el problema de la transparencia y bajar la tolerancia con lo corrupto, no es sólo un problema de fiscal, política o represión, es un problema de sociedad.
¿Las denuncias de la Comisión Antimafia han tenido algún efecto en la política?
Años atrás se decía en Italia que la mafia no existía, lo decían el gobierno y la iglesia, hoy todo el mundo habla de ella, hay movimientos sociales en su rechazo, hay una información en medios masivos en los que se habla del tema, tenemos que transformar esta conciencia social en una conciencia política. Las mafias con miedo o con dinero producen consenso social y ese consenso se transforma en conciencia electoral en las elecciones en votos. Hay que romper ese circuito.
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