Los navíos acompañan a la humanidad desde le inicio de la civilización. Curiosamente, lo que representaba un problema hace miles de años, hoy en día sigue existiendo: cómo deshacerse de los barcos una vez que cumplieron su vida útil. Si bien en el pasado se les hacía una despedida ritual, para quemarlos en la costa, en el presente se opta simplemente por abandonarlos en un cementerio designado.
La bahía de Nouadhibou, en Mauritania, es un lugar pintoresco no solo por sus bellas costas, sino por las más de 350 embarcaciones de todo el mundo que descansan en ella. Algunas abandonadas hace varias décadas, y en su mayoría embarcaciones pesqueras, las mismas ocupan gran parte de la costa ilegalmente,. Esto es debido a que el cementerio de barcos fue poblándose debido a sobornos pagados por sus antiguos dueños a las autoridades costeras.
Sin embargo, el mayor problema no son los navíos que se encuentran a flote o desparramados en la costa, sino los gradualmente se han ido hundiendo. Este problema llegó a representar un serio riesgo para el ecosistema de la región, por lo que hoy día varias agencias internacionales se encuentran limpiando y despejando la zona.
Así pues, atascados en la arena, se alinea uno de los cementerios marinos más grandes del mundo. Decenas de embarcaciones de todas las nacionalidades están allí varadas como ballenas oxidadas, y otras originan improvisados arrecifes.
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