lunes, 17 de diciembre de 2012

Soy tatuadora porque soy pobre, con 92 años



Foto: Buscando Historias

Hace un momento, llegando del fin de semana abro mi lectura habitual de sitios de mi interés y me encuentro con esta mujer, que a sus 92 años se dedica todavía a tatuar la piel, en un pueblo llamado Kalinga, en Filipinas.


Whang Od ha cumplido 92 años. Hasta hace muy poco era la última tatuadora kalinga, una práctica que según los estudiosos tiene alrededor de un millar de años, que se utilizaba como lenguaje natural de la piel y se transmitía de padres a hijos.

En la cultura de la tribu, el tatuaje simbolizaba belleza en las mujeres y valentía en los hombres,”si no tienes un tatuaje no eres un verdadero guerrero” dice Whang Od. Quienes llevan un águila en el pecho cortaron la cabeza de uno de sus enemigos japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.



En la tribu, desde hacía años, no se daba excesiva importancia a la cultura del tatuaje, prácticamente desaparecida, hasta que llegaron los primeros extranjeros. De hecho, fue un periodista quien le hizo ver a Whang Od que debía formar a la nieta de su hermana para ser la próxima tatuadora kalinga. Aunque la joven estudia ingeniería informática en la universidad, lejos de Buscalan, como muchos otros jóvenes que se van a estudiar fuera de la aldea.

Algunos niños intentan aprender viendo cómo lo hace, pero Whang Od dice que la futura artista tiene que ser de la familia.


Historia completa y fuente : Buscando Historias 

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